lunes, abril 23, 2007

Artículo de Novela_ La casa de Bernarda Alba.


Jóven venteañera se mata por amor.
No es la vergüenza sino el amor la verdadera causa que ha llevado la jóven Adela a quitarse la vida.

Arancha B.M._ Madrid 17/04/07

Hoy, en las primeras horas del día, en Huesca, un pequeño pueblo en provincia de Granada, otra chica se ha suicidado.
Todavía se lloraba la muerte del dueño, Don Antonio María Benauides, fallecido desde hace pocas semanas, y ahora se llora también por Adela. Así se llamaba la última de las cinco hijas de Don Antonio y de su mujer Bernarda Alba , que con sólo veinte años ha decidido quitarse la vida ahorcándose en su habitación.
El asunto no es muy claro, sus hermanas y su madre se han cerrado pronto en un singular silencio.
“El luto no quiere dejar esta casa”: éstas son las palabras de doña Poncha, criada de la casa y también la primera a encontrar la chica muerta.
Según ella, la chica sufría mucho la falta del padre así que hace días se había caído en una depresión que la ha llevada hasta este gesto radical.
La policía y la gente del pueblo, sin embargo, parece no ser de acuerdo con lo que su familia sigue susteniendo. Parece que la chica en cuestión ocultaba una relación amorosa con Don Pepe el Romano, futuro novio de su hermana Augusta.
En realidad el hombre estaba enteresado sólo en el dinero de la pobre Augusta, que no teniendo el mismo padre que sus hermanas, había heredado mucho dinero, a diferencia de las otras.
La policía, sólo después de interrogar al jóven hombre, ha podido reconstruir los hechos: los dos jóvenes, como de rutina, ayer por la noche tuvieron un encuentro amoroso que pero, esta vez, fue interrumpido por la madre de Adela.
La señora Bernarda, después de descubrir lo que estaba occurriendo, ordenó a su hija de subir en casa y después disparó un golpe al hombre para que se fuera. La jóven Adela escuchando el golpe pensó que su amor se había muerto y fue entonces que decidió matarse.
De los refertos médicos se ha descubierto que la chica estaba embarazada en el momento de la muerte.
La gente de este pequeño pueblo no para de mormorear, se hacen todavía muchas hipótesis y mucha gente piensa que la jóven se haya matado por la vergüeza.
Nosotros al revés, estamos convencidos de que aquí no se trate de vergüenza sino de amor, lo que realmente puede llevar hasta la muerte.

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