martes, diciembre 12, 2006


Adoro mi trabajo.

Cuano era studiante en la Academia de Barcelona vivía con un chico alemán , Daniel, y todos los años iba con él y algunos amigos a la fiesta medieval de su pueblo .Nunca la olvidaré, era como vivir un día en un cuento.Toda la ciudad se transformaba en un campamento, la gente vestía con trajes típicos y nosotros mirabámos todos los caballeros en sus armaduras chocar contra los enemigos y las preciosas damas que esperaba al caballero más valiente y victorioso para besarlo al final.Estaban también los juglares y los músicos que entonaban baladas.Nosotros íbamos de un campamento al otro comiendo comidas cocinadas en las largas hogueras, danzábamos y bebíamos cervezas y pociones de las brujas que habían magicamente hecho enamorar a los caballeros más valientes.Había una atmosfera tan encantada y particular que no queríamos nunca acabar.
Pero, todo como por encanto desaparecía al alba del día despues.Por suerte la semana que viene volveré a vivir toda la magía sólo gracias a mi trabajo.

No hay comentarios: